El Real Madrid no pasa del empate ante el Athletic (0-0) y no aprovecha el tropiezo del Barcelona

El Real Madrid no sacó provecho del empate del Barcelona en su casa al no pasar del empate en su visita a La Catedral (0-0). Fue mejor que el Athletic pero no tuvo acierto en el área rival.

Cuando dos equipos no pasan por su mejor momento es lógico que su estado se transmita sobre el terreno de juego. Un duelo en La Catedral entre el Athletic y el Real Madrid estaba denominado como de alto voltaje. Poco importaba la clasificación de ambos porque sobre el césped se dirimía algo más que tres puntos.

En esta ocasión ambos equipos se presentan con ciertas dudas. No con las mismas, pero sí con la sensación de que algo no está funcionando y eso se traduce en miedos, precauciones, imprecisiones... Con este escenario, el Athletic entró en el partido antes que su rival. Sin grandes alardes futbolísticos puso en apuros en la defensa del Madrid si bien el primero en avisar fue Benzema con un remate que se estrelló contra el palo.

Pese a esa ocasión a los ocho minutos, el resto del tiempo hasta el descanso quedó demostrado que no están bien. Ni unos ni otros. Keylor Navas tuvo que meter dos buenas manos a remates de Aduriz y de Williams mientras que Kepa apenas se manchó porque las acciones peligrosas del Madrid no encontraron puerta y se marcharon fuera.

El partido estuvo abierto mucho tiempo. Sin un claro dominador, movido a arreones y con escaso criterio futbolístico. Eso sucede en el Madrid cuando Isco y Modric están desaparecidos en combate. El Athletic también perdió a su mejor faro cuando Iturraspe tuvo que retirarse por una lesión antes del receso.

En el segundo tiempo cambió algo el decorado porque el Athletic se hundió físicamente. Ese déficit fue aprovechado por el Real Madrid para meter a su rival en su área. El asedió fue aumentando a medida que el reloj se acercaba al final. No fue un acoso acompañado de claras ocasiones pero el simple hecho de que el balón merodease el área de Kepa generaba mucha incertidumbre.

Zidane movió el banquillo pero el efecto de la entrada de Kovacic y Borja Mayoral quedó diluido por la expulsión de Sergio Ramos por doble amarilla.